Resumen de El misterio de la cripta embrujada

Resumen del argumento de El misterio de la cripta embrujada

Capítulos finales.

 

El protagonista va a casa del antiguo jardinero, que no le fue difícil de encontrar. Era un hombre viudo, mayor, pero muy amable. Le contó que la niña desaparecida hace seis años se llamaba Isabel Peraplana. El jardinero afirmó que había desaparecido y devuelta a los pocos días. Tenía una amiga, Mercedes Negrer, que la incitaba a hacer cosas malas. También dijo que Isabel había abandonado el colegio al igual que Mercedes.

El protagonista se dirige hacia la casa de Isabel Peraplana. Cuando llega, ve a un grupo de criadas fuera de la casa y les dice que es un antiguo compañero del señor Peraplana y que había venido a pedirle dinero. Se enteró de que Isabel iba a casarse. Se hizo pasar por un recadero de la joyería Sugrañes que debía darle en mano el paquete a Isabel. Como el mayordomo no le dejaba pasar, le dijo que llamara a la joyería y, mientras llamaba, fue en busca de Isabel que estaba con la modista. Cuando las encontró, las dos gritaron y la modista fue en busca de ayuda. Cerró la puerta, y le contó a Isabel su propia historia pero ella no se acordaba de nada y no sabía de lo que hablaba. Oyó llegar a la policía y se tiró por la ventana para escapar.

El protagonista buscó “Negrer” en la guía telefónica, en la que encontró diez, y tuvo que hacer nueve llamadas antes de dar con la madre de Mercedes Negrer. Consiguió sacarle que su hija vivía en la Pobla De L’Escorpí, donde trabajaba de maestra. Se fue hasta allí, y la encontró. Mercedes le invitó a cenar para hablar del tema.

Terminada la cena, el protagonista comenzó a preguntar acerca de lo sucedido hacía seis años. La habían expulsado por mal comportamiento. El protagonista le pidió ayuda ya que había desaparecido otra niña y si resolvía el caso, sería puesto en libertad. Mercedes dijo que no podía ayudarle y que se marchara, pero finalmente, le contó que la habían echado por asesinar a un chico que había seducido a su amiga y, a Isabel la mandaron a Suiza y a ella al pueblo. El protagonista se fue a dormir pensando en las mentiras que le había contado Mercedes.

En mitad de la noche, el protagonista se despertó dolorido y pensó que estaba secuestrado, porqué no podía encender la luz. Mercedes llegó a la habitación porque hubo un apagón y le había escuchado gritar. Se pusieron a hablar y Mercedes le contó la verdad. Una noche, Isabel se levantó dormida, y salió por la puerta de la habitación.

Mercedes la siguió y distinguió una sombra de un hombre; se paró y abrió otra puerta. Cuando llegaron a la capilla, se metieron en un pasadizo que daba a un laberinto. Mercedes se perdió, se desmayó y tuvo alucinaciones hasta que Isabel la encontró. La llevó hasta el altar donde se encontraba muerto el hombre con una daga en el pecho. Isabel le dijo que tuvo que hacerlo, y se desmayó, Mercedes escuchó un ruido y al no poder coger a Isabel cayeron las dos al suelo desmayadas. Cuando despertó, Mercedes se encontraba en su cama, pero Isabel no. Había venido el comisario Flores pero ella no dijo nada. A la mañana siguiente, comprobó que Isabel se levantaba como si no hubiera pasado nada. Mercedes, fue llevada ante la superiora, donde también se encontraban sus padres y el comisario. Le echaron la culpa a ella.

Al día siguiente, cogió el tren y volvió a Barcelona. Fue al registro de propiedad y consiguió que le dejaran mirar. Descubrió que la finca del colegio había sido de Manuel Peraplana. El antiguo dueño había construido un edificio unido por un pasadizo con el colegio y Peraplana habría descubierto el pasadizo. Necesitaba hablar con Peraplana y se dirigió a su casa.

Cuando el protagonista llegó a casa de los Peraplana había mucha gente fuera. Un hombre le contó que la madre de Isabel se había suicidado. Vio como salía el cuerpo tapado en una camilla. Se fijó en una mujer con una vestimenta para disimular, era Mercedes. Se acercó a ella y le echó en cara lo que había sucedido; le había amenazado con que contaría la verdad si no cancelaba la boda.

De la casa de Peraplana salió un coche, al que Mercedes y el protagonista siguieron. El protagonista se bajó en una calle y subió en un taxi, con Mercedes delante en su coche. El coche consiguió despistar a Mercedes pero no al taxista. Cuando el coche se paró, se bajó el señor Peraplana y subió a un piso. El protagonista llamó a todos los pisos hasta que descubrió el piso que buscaba. Del portal salió Peraplana, un señor y una señora con una niña. Se metieron en el coche y el señor Peraplana se fue. Subió a casa del señor, que era dentista, y empezaron a hablar del tema.

El protagonista les preguntó si era su hija, a lo que respondieron que sí. Les preguntó por qué lo habían hecho. Dijeron que él, había comprado una máquina para la consulta y tenía que pagar unas facturas que no podía pagar. Un día había llegado un señor que dijo que le pagaría las facturas si aceptaba un trato; dejaba secuestrar a su hija, sin que la pasara nada. Y así fue, la sacó del colegio, la llevó a casa y la misma noche la volvió al colegio.

Mercedes y él llegaron hasta el colegio, donde él se coló. Entró por una ventana que daba al dormitorio de una monja. Salió y subió las escaleras hasta encontrar el dormitorio de las niñas, ahora solo le quedaba encontrar a la hija del dentista.

Cuando la encontró, fueron hasta la capilla y de allí al pasadizo. Estaba todo el aire repleto de éter por lo que sufrió alucinaciones. Cuando llegó a la cripta descubrió el cadáver del sueco en el altar y a su hermana Cándida llorando debajo de él. Le dijo a Cándida que se fuera pero ella le pegó y él se desmayó.

Cuando se despertó, vio a Mercedes, el comisario Flores y el doctor Sugrañes, poniéndole una inyección. Le habían encontrado bajo el altar con la niña, que se la habían llevado las monjas. Los tres siguieron por otra puerta y llegaron a un funicular, al cual se subieron. Llegaron a una casa de una familia normal, que no sabía que el funicular funcionaba.

Ya en el coche-patrulla, el protagonista explicó la resolución del caso. Hacía seis años Peraplana fue pillado metido en asuntos turbios y mató al supuesto descubridor que quería chantajearlo. Para encubrir este asesinato se inventó la desaparición de su hija en la que encontrarían al muerto, y para no involucrar a ninguna niña cerrarían el caso. Pero al aparecer Mercedes, se le echó la culpa a ella y Peraplana para que guardara silenció se la llevó a las afueras a vivir en el exilio. Como la jugada le había salido bien, volvió a repetirla con la hija del dentista y sabía que el protagonista era el encargado de resolver el caso y pretendió colgarle la muerte del sueco. Pero gracias a la ayuda de Mercedes consiguió resolverlo. Isabel no había muerto, había tomado un potente sedante. El protagonista volvió al psiquiátrico y Mercedes pudo rehacer su vida.

Argumento de los capítulos anteriores

FICHA DE LECTURA:

  • Autor: Eduardo Mendoza
  • Editorial: Seix Barral
  • Año de publicación: 1978
  • Traducción: se ha traducido a 9 idiomas (alemán, portugués, francés, italiano, griego, inglés, polaco, noruego y holandés)
  • Páginas: 205
  • ISBN: 84-322-3149-5

El misterio de la cripta embrujada

Resumen de El misterio de la cripta embrujada

Era abril, y el protagonista (no dice su nombre) se encuentra en el patio de un psiquiátrico jugando un partido de fútbol. Todo va bien hasta que su compañero se tira al suelo y empieza a gritar. Entonces, se suspende el partido y el Doctor Chulferga le llama para decirle que el director del psiquiátrico, el Doctor Sugrañes, quiere verle. El Doctor Chulferga le acompaña hasta la puerta del despacho. Una vez dentro, el protagonista se da cuenta de que, además del Doctor Sugrañes, hay más personas en la sala, que al principio no sabe quiénes son, hasta que se da cuenta de que es el comisario Flores y una monja. Empiezan a hablar y finalmente, el Doctor Sugrañes les deja solos en el despacho, para explicarle al protagonista el motivo de aquella visita.

El comisario Flores le explica que en el colegio de monjas de San Gervasio, hace seis años una niña desapareció, sin dejar ningún rastro. A la mañana siguiente, los padres de la niña avisaron al comisario de que abandonara el caso porque la niña había sido encontrada. Volvió a aparecer en la cama y se levantó como si no hubiera pasado nada. El comisario y la monja le dijeron que esto había pasado otra vez y que necesitaban su ayuda para resolver el caso. Después de esto, el protagonista abandona el centro con el comisario y la monja.

Cuando llegó al centro de Barcelona, lo primero que hizo fue ir a ver a su hermana Cándida, que trabajaba de prostituta. Estaba esperando a un cliente. Era un marinero que parecía ser sueco. Su hermana le pidió que se fuese del bar y él lo hizo, ya que quería descansar. Así que se coló en el metro y robó unos bolígrafos y un reloj a unos niños que se habían reído de él. Se bajó del metro y descubrió que se encontraba cerca del colegio San Gervasio y decidió ir a verlo.

Se dirigió hacia un hotel barato, donde consiguió quedarse durante tres noches a cambio de los bolígrafos y el reloj. Picaron a la puerta. Era el novio de su hermana. Cuando lo dejó entrar, le apuntó con una pistola y el protagonista intentó calmarlo, mientras buscaba algo con que golpearle. Cuando se acercó a donde estaba sentado, descubrió que estaba muerto y se escapó por la ventana.

Tuvo suerte y cayó sobre un montón de basura que le libró de un gran golpe. Fue a ver a Cándida para sacarle información sobre el sueco, pero no le dijo nada. Fueron a desayunar a casa de Cándida, una casa pequeña y sucia, y allí se encontraron con el cadáver del sueco, que había dejado en la cama. Cuando iban a marchar, tres policías llegaron pero, para librarse de ellos se hizo pasar por el Doctor Sugrañes, le dio un cabezazo y consiguió huir.

El protagonista se dirige hacia el colegio San Gervasio y camufla un poco su aspecto. Cogió una botella de vino y disolvió allí las drogas que había cogido al sueco. Cuando llegó a donde se encontraba el jardinero se identificó como Arborio Sugrañes, profesor de botánica y le entregó la botella de vino como regalo. El jardinero empezó a sentirse mal y aprovechó para preguntarle sobre la desaparición de hacía dos días y de la de hacía seis años. Le dijo que hacía seis años había otro jardinero. En el balcón, aparece una monja con dos policías, que bajan a por él, pero el protagonista hace correr al jardinero y los policías van tras él.

Argumento de los capítulos finales

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