Resumen de Mi hermana Elba

Resumen de Mi hermana Elba

 

Al comenzar el relato, la narradora parce haberse reencontrado con un diario que escribió en su infancia, durante dos años, a mediados de la década de los 50.  Ella tenía, al empezar el diario, 11 años. El diario comienza el 24 de julo de 1954 y su última anotación es del 7 de agosto de 1956 .
A partir de ese reencuentro, la narradora empieza a evocar el  tiempo del que habla el diario que, para ella marcó, en resumen, el fin de la infancia y el comienzo de la adolescencia.
Durante ese verano de 1954 los padres de la narradora,  deciden separarse y enviar a la narradora y a su hermana Elba, de 6 años, a un internado.
La narradora, en el momento de escribir ese diario,  no manifiesta una especial preocupación por la separación de sus padres y,  ni siquiera, por la perspectiva de acabar en un internado. Al contrario, ve en ello, con ilusión,  una oportunidad para escapar de su soledad y de su monótona vida.
No obstante, a raíz de esos conflictos familiares, adopta la insólita actitud de dejar de hablar durante aquel verano. Como sus padres, en esa situación,  las tratan mejor que nunca a ella y a su hermana y  les consienten todo, llega a pensar, incluso, que su mutismo  tiene poderes mágicos sobre la realidad.

Una vez en el internado, la narradora tarda poco tiempo en decepcionarse y en volver a sentirse sola y aburrida. En un primer momento, no consigue hacer amigas. Ella es poco comunicativa, su compañera de pupitre observa un silencio obstinado -como si  hiciera igual que ella durante el verano- y las demás niñas, ya organizadas en grupos de amistades, la ignoran.
Para la narradora, la vida en el  internado  se convierte rápidamente, en algo tan rutinario y monótono como la vida que llevaba antes con sus padres.
Todo cambia cuando se hace amiga de Fátima , una mala estudiante de 14 años, de espíritu rebelde y actitud transgresora. Con ella descubre el placer de las travesuras, de lo prohibido, de saltarse las reglas…Y de lo mágico. Porque Fátima conoce unos escondites mágicos que hay repartidos por el internado y su finca. A esconderse en ellos dedican gran parte de lo que la narradora llama “sus juegos”. Los escondites son una ventana a lo mágico y maravilloso y les permiten hacerse la ilusión de llevar una vida al margen de las estrechas y aburridas convenciones del internado y  sentirse, en cierto modo, más libres.

En esas aventuras -fuera del control de los adultos- de los escondites, no tarda en acompañarles Elba, con quien Fátima había coincidido tiempo atrás en el escondite del jardín. Sï, porque Elba, de solo 6 años y con cierto retraso para su edad, se muestra especialmente hábil para descubrir secretos en el internado. Así, Elba no solo había descubierto como Fátima los 4 escondites, sino también lo que llamaba camimos chiquitos, expresión que parecía aludir a ciertos atajos también mágicos, que la pequeña utilizaba para desplazarse más rápidamente de unas partes a otras del internado.

Esas aventuras se convierten en lo más relevante e intenso del primer año en el internado. Al acabar ese curso, sin embargo se romperá ese triángulo cómplice.
Por un lado, los padres de Elba deciden enviarla a un colegio especial donde puedan atenderla mejor, pues padece cierto retraso físico y psíquico que se hace cada vez más evidente. Por otro, cuando la narradora comienza el nuevo curso en el internado, se encuentra con que Fätima ha cambiado. Incluso se interesa por los estudios. Se relaciona con las alumnas de su edad y ya no muestra interés por los escondites y demás juegos que compartiera el curso anterior con las dos hermanas.
La narradora ve cómo Fátima y Elba se alejan de su vida. Con ella irá quedan atrás también ese mundo de las escapadas y de los escondites  mágicos. La narradora llega ahora a avergonzarse de ellos, sin que sepa explicarse por qué.
En cuanto a Fátima, no le queda más remedio que aceptar su distanciamiento.  Por otro lado, la narradora tiene este segundo año una nueva compañera de pupitre y poco a poco, irán intimando y se olvida de Fátima.
Por lo que se refiere a su hermana Elba, al principio la narradora la echa mucho de menos, no puede quitarse su imagen de la cabeza. Pero, a medida que avanza el curso su actitud va cambiando radicalmente. Primero se le hace incómodo su recuerdo. Luego, casi odioso. Finalmente, la narradora habla consigo misma un día y decide dejar de pensar o de preocuparse por ella para siempre. Y así lo hace.

Acaba el curso  y la gran ilusión de la narradora es que su nueva amiga veranea cerca de donde lo hace ella misma. Le ilusiona especialmente un primo de su amiga, Damián, que también estará allí. La única sombra en ese verano que ella adivina como maravilloso es la presencia de su hermana Elba.  Sin embargo,  su hermana pequeña  no parece mostrar ahora demasiado interés por ella y a ella Elba le parece ahora un ser muy distante, encerrado en su mundo, y llega a confesarse a sí misma que tiene la sensación de haber perdido a su hermana. Al pensar eso, se asombra de que no siente ningún dolor por ello. De todas formas, a partir de entonces se avergüenza de Elba.

La narradora disfruta del veraneo junto a su amiga  y la familia de su amiga, como una más del grupo, tal como habían planeado.. Pero un día,  Elba tiene un accidente y muere.

Durante el funeral de su hermana, la narradora vive de modo algo morboso el ser el centro de atención de los asistentes. En el transcurso de la ceremonia, Damián la besa cuando se acerca a darle el pésame…
El diario acaba ahí. La narradora, a sus 12 años,  anotó ese primer beso de Damián y escribió: «HOY ES EL DÍA MÁS FELIZ DE MI VIDA»..

https://youtu.be/wzhx-KKGqJE

 

 

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