Resumen de Mi hermana Elba

Resumen de Mi hermana Elba

 

Al comenzar el relato, la narradora parce haberse reencontrado con un diario que escribió en su infancia, durante dos años, a mediados de la década de los 50.  Ella tenía, al empezar el diario, 11 años. El diario comienza el 24 de julo de 1954 y su última anotación es del 7 de agosto de 1956 .
A partir de ese reencuentro, la narradora empieza a evocar el  tiempo del que habla el diario que, para ella marcó, en resumen, el fin de la infancia y el comienzo de la adolescencia.
Durante ese verano de 1954 los padres de la narradora,  deciden separarse y enviar a la narradora y a su hermana Elba, de 6 años, a un internado.
La narradora, en el momento de escribir ese diario,  no manifiesta una especial preocupación por la separación de sus padres y,  ni siquiera, por la perspectiva de acabar en un internado. Al contrario, ve en ello, con ilusión,  una oportunidad para escapar de su soledad y de su monótona vida.
No obstante, a raíz de esos conflictos familiares, adopta la insólita actitud de dejar de hablar durante aquel verano. Como sus padres, en esa situación,  las tratan mejor que nunca a ella y a su hermana y  les consienten todo, llega a pensar, incluso, que su mutismo  tiene poderes mágicos sobre la realidad.

Una vez en el internado, la narradora tarda poco tiempo en decepcionarse y en volver a sentirse sola y aburrida. En un primer momento, no consigue hacer amigas. Ella es poco comunicativa, su compañera de pupitre observa un silencio obstinado -como si  hiciera igual que ella durante el verano- y las demás niñas, ya organizadas en grupos de amistades, la ignoran.
Para la narradora, la vida en el  internado  se convierte rápidamente, en algo tan rutinario y monótono como la vida que llevaba antes con sus padres.
Todo cambia cuando se hace amiga de Fátima , una mala estudiante de 14 años, de espíritu rebelde y actitud transgresora. Con ella descubre el placer de las travesuras, de lo prohibido, de saltarse las reglas…Y de lo mágico. Porque Fátima conoce unos escondites mágicos que hay repartidos por el internado y su finca. A esconderse en ellos dedican gran parte de lo que la narradora llama “sus juegos”. Los escondites son una ventana a lo mágico y maravilloso y les permiten hacerse la ilusión de llevar una vida al margen de las estrechas y aburridas convenciones del internado y  sentirse, en cierto modo, más libres.

En esas aventuras -fuera del control de los adultos- de los escondites, no tarda en acompañarles Elba, con quien Fátima había coincidido tiempo atrás en el escondite del jardín. Sï, porque Elba, de solo 6 años y con cierto retraso para su edad, se muestra especialmente hábil para descubrir secretos en el internado. Así, Elba no solo había descubierto como Fátima los 4 escondites, sino también lo que llamaba camimos chiquitos, expresión que parecía aludir a ciertos atajos también mágicos, que la pequeña utilizaba para desplazarse más rápidamente de unas partes a otras del internado.

Esas aventuras se convierten en lo más relevante e intenso del primer año en el internado. Al acabar ese curso, sin embargo se romperá ese triángulo cómplice.
Por un lado, los padres de Elba deciden enviarla a un colegio especial donde puedan atenderla mejor, pues padece cierto retraso físico y psíquico que se hace cada vez más evidente. Por otro, cuando la narradora comienza el nuevo curso en el internado, se encuentra con que Fätima ha cambiado. Incluso se interesa por los estudios. Se relaciona con las alumnas de su edad y ya no muestra interés por los escondites y demás juegos que compartiera el curso anterior con las dos hermanas.
La narradora ve cómo Fátima y Elba se alejan de su vida. Con ella irá quedan atrás también ese mundo de las escapadas y de los escondites  mágicos. La narradora llega ahora a avergonzarse de ellos, sin que sepa explicarse por qué.
En cuanto a Fátima, no le queda más remedio que aceptar su distanciamiento.  Por otro lado, la narradora tiene este segundo año una nueva compañera de pupitre y poco a poco, irán intimando y se olvida de Fátima.
Por lo que se refiere a su hermana Elba, al principio la narradora la echa mucho de menos, no puede quitarse su imagen de la cabeza. Pero, a medida que avanza el curso su actitud va cambiando radicalmente. Primero se le hace incómodo su recuerdo. Luego, casi odioso. Finalmente, la narradora habla consigo misma un día y decide dejar de pensar o de preocuparse por ella para siempre. Y así lo hace.

Acaba el curso  y la gran ilusión de la narradora es que su nueva amiga veranea cerca de donde lo hace ella misma. Le ilusiona especialmente un primo de su amiga, Damián, que también estará allí. La única sombra en ese verano que ella adivina como maravilloso es la presencia de su hermana Elba.  Sin embargo,  su hermana pequeña  no parece mostrar ahora demasiado interés por ella y a ella Elba le parece ahora un ser muy distante, encerrado en su mundo, y llega a confesarse a sí misma que tiene la sensación de haber perdido a su hermana. Al pensar eso, se asombra de que no siente ningún dolor por ello. De todas formas, a partir de entonces se avergüenza de Elba.

La narradora disfruta del veraneo junto a su amiga  y la familia de su amiga, como una más del grupo, tal como habían planeado.. Pero un día,  Elba tiene un accidente y muere.

Durante el funeral de su hermana, la narradora vive de modo algo morboso el ser el centro de atención de los asistentes. En el transcurso de la ceremonia, Damián la besa cuando se acerca a darle el pésame…
El diario acaba ahí. La narradora, a sus 12 años,  anotó ese primer beso de Damián y escribió: «HOY ES EL DÍA MÁS FELIZ DE MI VIDA»..

https://youtu.be/wzhx-KKGqJE

 

 

La ventana del jardín

La ventana del jardín, análisis

 

Significado y tema del cuento.

 

En cuanto al análisis e intrepretación de La ventana del jardín es un cuento que  habla, en primer término, de la imposibilidad del conocimiento y de la comunicación y, ligado a ello, de la oposición entre lógica racional y lógica emocional.

El acento se pone en la ridiculización de la lógica racional, encarnada por el narrador, frente a los sentimientos que mueven a los padres del infeliz Tomás Albert. Pero es continua en todo el cuento la alusión a la incomunicación y a la imposibilidad de conocer al otro, como un exponente de las limitaciones de nuestro conocimiento en general. Esto se recoge en el mismo título, pues la ventana no es en este caso una vía de comunicación, sino una barrera simbólica que se interpone entre el narrador y el chico enfermo.

En la figura del narrador se satiriza la inadecuación  o insuficiencia de la razón para el conocimiento verdadero y para lo que podríamos llamare conocimiento vital o emocional.
La disección racional de lo que cree ver, lleva al protagonista  narrador a una intepretación mostruosa de la realidad de la familia. Él y su análisis racional son los auténticos monstruos del relato, no el matrimonio Albert.

Los padres de Tromás, niño gravemente enfermo desde que nació, inventan a su alrededor un mundo en el que hasta el lenguaje está sometido a sus sentimientos. No pretenden conocer de verdad; han renunciado a ello. Solo pretenden aliviar el dolor de su hijo y , tal vez, el suyo propio. La razón es sometida o adaptada a la compasión.
En cualquier caso, la razón aparece como algo frágil y quebradizo. Solo cuando se deja de lado se consigue un punto de vista más amplio sobre la realidad vital y se puede hallar cierto consuelo en medio del sinsentido (o sentido inapresable) de la existencia. Esto es lo que vemos en la actitud de los padres y en la del taxista al final del cuento.

 

SÍMBOLOS TEMAS Y MOTIVOS TEMÁTICOS

La ventana del jardín

Una ventana puede ser un símbolo de esperanza, de apertura, de comunicación… Sin embargo, en este cuento es un símbolo de las dificultades para comunicarse con los demás. La ventana es como el lenguaje: nos muestra que las cosas y los demás están ahí, pero se interpone entre ellos y  nosotros.
La ventana se interpone entre el narrador y el hjo de lo Tomás cuando entran en contacto por primera vez dos años atrás y la noche en que el narrador se acerca hasta Tomás para proponerle que se escape con él.
El mismo lenguaje que es insuficiente para conocer la realidad es también insuficiente para conocer a los demás y comunicarnos con ellos: es una de las raíces de la soledad.
Por todo ello, Cristina Fernández Cubas, en una entrevista en la que hace un breve análisis de este cuento, habla de que en él se da “el terror por el lenguaje” (1).  El fracaso del lenguaje (como el de la literatura en otros cuentos) es nuestro terror vital ante la fata de certezas, la muestra más demoledora del fracaso de la razón y de la fragilidad de nuestro existir.

 

El peculiar lenguaje de Tomás

El hijo de los Albert tiene, entre otros problemas, dificultades con el lenguaje. Ha creado el suyo propio y los padres se han amoldado a él.
Las dificultades de Tomás y las deficiencias de su lenguaje son, obviamente, un trasunto de las limitaciones de lenguaje en general, de la incomunicación y de la soledad.
La aceptación de ese lenguaje por parte de los padres (y del taxista) muestran ese otro matiz del cuento: la lógica de las emociones.

Cuando el narrador se detiene en el análisis de ese lenguaje diferente y en la explicación de sus detalles, a mi juicio, asoma la filiación borgiana del cuento (es imposible no recordar cuentos de Borges como Tlön, Uqbar, Orbis Tertius o El informe de Brodie). La trágica inutilidad del conocimiento (y de la vida misma) se reafirma como tema último del cuento. Las dificultades del niño  simbolizan  de manera especial esa trágica condición humana.

 

El punto de vista

El análisis del punto de vista narrativo nos revela que, de nuevo, en este cuento el punto de vista es el elemento clave. Estamos limitados a la visión del narrador protagonista y cometemos los mismos fallos interpretativos que él.
Cristina Fernández Cubas aprovecha  el molde del género fantástico de terror y sus resortes para someter, una vez más, al lector a una experiencia peculiar.
Cometemos los mismos pecados que el narrador obligados por el punto de vista del relato, recortado a la percepción de la situación por parte del narrador. Digamos que nos hace sufrir en carne propia las deficiencias de la razón que forman la temática del cuento. No son cosas extrañas o esotéricas que le ocurren al protagonista de una ficción narrativa: nuestra mente pasa por el mismo proceso. Nuestra razón entra en pánico exactamente igual que la del narrador. Somos parte de la argumentación del cuento.

 

 Estructura del cuento.

La ventana del jardín adopta el esquema argumental típico de algunos relatos de terror. La propia autora ha recordado en diversas ocasiones el modelo de Drácula como un referente  de este tipo de cuentos de terror.  En resumen, un personaje llega a un lugar que tiene algo de extraño o misterioso, se encuentra con alguien inquietante  y empiezan a ocurrirle cosas aterradoras.

 

La presencia de lo fantástico.

¿Hay algo fantástico en este cuento?  Cristina Fernández Cubas ha sido encasillada en el género neofantástico con apenas un poco menos de pereza que se ha llamado feminista a su literatura. No en todos los cuentos hay elementos fantásticos. En algunos, lo fantástico acaba siendo solo una impresión del lector  (inducido por el punto de vista narrativo). Así pasa en Lúnula y Violeta y es también, en gran medida , lo que ocurre en La ventana del jardín.
Cuando los hechos abren los ojos al narrador y al lector, todo lo que queda es una familia golpeada por la cruel enfermedad de su hijo. Trágico, pero no fantástico.
Como nos vemos forzados a reconocer, después de dejarnos arrastrar por las suposiciones del narrador, el único monstruo son los desvaríos de nuestra razón y los auténticos enfermos, el lenguaje y nuestro titubeante conocimiento.
Creo que en La ventana del jardín, Cristina Fernández Cubas muestra de nuevo, que hace un uso irónico de las convenciones de ese tipo de literatura. Lo fantástico es un modo de denunciar la incertidumbre de la existencia  y de la realidad.
La autora juega con el lenguaje y los clisés el género fantástico para mostrarnos con ironía  que lo extraño, irracional y monstruoso puede ser la rutina misma de nuestra mente y de nuestras vidas. En cualquier momento en la realidad puede aparecer un elemento inquietante o inexplicable que hace tambalearse a la razón. La precipitación con la que a veces respondemos ante esto nuestra lo desvalidos que vivimos apoyados en esa muleta vacilante del conocimiento lógico.

 

Tiempo y espacio

Como en tantos cuentos de Cristina Fernández Cubas, no hay datos concretos acerca del tiempo y del espacio. Esto, tan característico de muchas obras contemporáneas, tiene una clara explicación. Estamos otra vez ante un cuento en el que lo relevante son los paisajes interiores de las almas y el tiempo existencial.

Personajes

Los padres de Tomás funcionan, en realidad como un único personaje. Han encerrado el dolor en un lenguaje reducido. Siempre repiten lo mismo cuando les preguntan por el chico.

Cuando el narrador aparece, José tarda en reconocerlo, en un gesto que representa su negación del mundo por amor a su hijo. Viven dentro de una isla que ellos mismos han creado por amor -bien o mal entendido, a su hijo.

Se han adaptado al lenguaje empobrecido de Tomás. Juntos han reducido el mundo casi a solo  a tres palabras esenciales que, en definitiva, son ellos mismos, su vida en común.  Eso y el hecho de alejarlo del mundo parece un acto de piedad,. para evitarle un dolor mayor,  el de saber que el mundo no es solo ese dolor de su enfermedad.

Pero el hijo, que de todas formas no conoce otra cosa en la vida que el dolor, no se resigna y  sueña con que más allá de la ventana del jardín pueda haber algo diferente: más de tres palabras, quizá.

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(1) http://elpais.com/diario/1980/11/21/cultura/343609213_850215.html  21 NOV 1980

Los cuentos de Cristina Fernández Cubas: lo que no son.

Los cuentos de Cristina Fernández Cubas y su interpretación.

 

Los cuentos de Cristina Fernández Cubas seleccionados para las PAU o Selectividad son los 8 relatos que se publican en el volumen Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal.

La bibliografía existente sobre Cristina Fernández Cubas es relativamente escasa. Ello tal vez explica el desenfoque de algunos análisis o interpretaciones sobre estos cuentos y sus características. Además, internet, en ocasiones multiplica esos errores de manera que puede confundir a los alumnos. Por tanto, hay que advertir a los alumnos sobre estas reiteradas interpretaciones no del todo acertadas.

Lo que no es la literatura de Fernández Cubas:

  • No es una literatura de crítica social.
    Ni realista, por supuesto. Cierto que vemos a personajes solitarios y enajenados en un mundo hostil, pero estos cuentos no reivindican un cambio social ni critican a un estamento social u otro.
    Se habla del malestar general del hombre contemporáneo; no se retrata de modo realista una sociedad o una situación histórica, ni se analizan conflictos sociales, sino emocionales y filosóficos.
  • No es una literatura feminista.
    Cierto que en la obra de Fernández Cubas hay muchos protagonistas y personajes femeninos, pero los temas de los que se ocupa la autora son universales. Habla de lo que nos causa desazón en este mundo contemporáneo a todos en general, no a una parte de la humanidad en concreto.
    No hay ninguna reivindicación especial de tipo feminista en ninguna parte.
  • El psicoanálisis o la psiquiatría no tienen nada que ver con el sentido de su obra.
    Cierto que los trasnstornos mentales afectan a muchos de sus personajes y que la autora se documenta sobre las patologías de algunos de  ellos, pero no son necesarios Freud, Jung ni Lacan para comprender el sentido de ni uno solo de sus relatos.
    No son cuentos psicológicos sino filosóficos. No se habla en ellos de personalidades  ni enfermedades mentales, sino de conciencias desorientadas y de vidas sin sentido.
  • La mayoría de estos cuentos NO tiene un final abierto.
    Cristina Fernández Cubas, en general, construye sus cuentos como alegorías y en una alegoría cada elemento tiene su sentido exacto, Por tanto, la autora gobierna firmemente cada relato y lo conduce exactamente adonde ella quiere.
    Desde el punto de vista del significado último, ningún cuento es abierto, sino que tiene una interpretación muy concreta que suele deducirse de desenredar o traducir las alegorías que lo componen.
    Desde el punto de vista argumental, solo unos pocos pueden considerarse abiertos (La noche de Jazabel, por ejemplo), pero ninguno es susceptible de tener varias interpretaciones.
    El sentido de cada cuento es siempre uno y nada confuso o ambiguo.
    Leamos estas palabras de la prppia Fernández Cubas respondiendo a una pregunta que le hacen sobre  La ventana del jardín:”con tal de que se le añadan los elementos sugeridos [en el cuento] los finales abiertos pueden dejar de ser abiertos” (1)
  • Lo fantástico o neofantástico no es el elemento central de su obra.
    Desde mi intuición absolutamente personal (que puede estar no equivocada, sino equivocadísima), a raíz de la recepción por parte de crítica y lectores de sus primeras publicaciones, la autora se sintió reforzada en su interés por lo fantástico y a partir de ahí se ha sentido motivada para ahondar en su vinculación con lo fantástico que no es, en modo alguno, el motor central de su escritura.
    Se ha cultivado la creencia de que le concede más relevancia de la que realmente le da, en su conciencia, a lo esotérico como alternativa a la razón y de que le concede más relevancia a lo fantástico y a la literatura fantástica de la que realmente se aprecia analizando a fondo sus cuentos.
    Usa lo fantástico como repertorio argumental, como telón de fondo narrativo sobre el que proyecta sus auténticas obsesiones: la fragilidad e inconsistencia del yo y del mundo.

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(1) K:O: Beilin, Conversaciones Literarias Con Novelistas Contemporáneos pg.135 , Ed. Tamesis, 2004

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MI HERMANA ELBA Y LOS ALTILLOS DE BRUMAL
RESUMEN Y ANÁLISIS DE LOS CUENTOS

Mi hermana Elba:
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Los altillos de Brumal:
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Resumen de La ventana del jardín

Resumen de La ventana del jardín

Cuento de Cristina Fernández Cubas.

 

Resumen del argumento del cuento.

El protagonista narrador del cuento -cuyo nombre desconocemos- tiene que hacer un viaje por razones de trabajo. Como ya le ocurrió dos años antes, ha de pasar cerca de donde vive ahora un matrimonio al que conoce desde la infancia. Igual que  hizo entonces, decide  aprovechar el viaje para detenerse a visitarlos, aunque sin avisarles.
El matrimonio, sus antiguos conocidos  José y Josefina, habían tenido un hijo, Tomás. El niño, al parecer, había nacido con serios problemas de salud, lo cual llevó a los padres a tomar la decisión de trasladarse fuera de la ciudad, a una granja aislada en el campo, lejos de la aldea más cercana.
En la visita que les hizo dos años antes, debido a todas las preocupaciones que se tomaban los padres por la enfermedad de su hijo, el narrador solo tuvo ocasión de ver a Tomás (sin hablarle, por su afección en el oído)  en una breve entrevista a través de la ventana de su habitación (que daba al jardín, de ahí el título del cuento).
En ese breve encuentro, el hijo de los Albert, le había deslizado en el bolsillo una nota ininteligible, como escrita en clave o en otra lengua que usara las palabras de otro modo, con otro significado. Ese detalle es lo que más recuerda el narrador de la visita anterior y, de hecho, con esa nota arranca el cuento.

Todo indica que esa visita por sorpresa desconcierta e incomoda al matrimonio. No obstante, finalmente reaccionan y le invitan a pasar y a quedarse a comer con ellos. El narrador, aunque arrepentido y avergonzado de su intromisión, acepta, tal vez porque toda su motivación para visitarlos era el deseo de volver a ver al niño y aclarar el misterio de la extraña nota.
Durante la comida, José y Josefina siguen comportándose de un modo extraño, nada en consonancia con la antigua relación que los unía a los tres desde el colegio.
El narrador pregunta por la salud de Tomás y los padres se deshacen en lamentos y en largas explicaciones que al narrador se le antoja que tienen algo de falso o artificial. Pide ver al niño o, pero de os padres no obtiene más que evasivas. Los padres están obsesionados por aislar, literalmente, a su hijo del mundo, para protegerlo, entre otras cosas, del ruido, pues una de las manifestaciones de su enfermedad  es  problema en el oído que lo hace muy sensible a cualquier ruido.
Ttranscurre la velada y, en un momento en que parecen quedarse sin tema de conversación, el narrador, sin saber por qué vuelve a preguntar por la salud del niño. Para su sorpesa, los padres le responden empleando exactamente las mismas palabras que poco rato antes. El narrador llega a la conclusión de que están locos o de que esconden algo.
Finalmente, ante la actitud de los padres, el narrador llega a pensar que han asesinado al niño y finge un contratiempo con el taxi para obligarles a que le inviten a pasar alli la noche.

Tras la cena, para su sorpresa, José y Josefina le invitan a ver a Tomás, que ese mismo día cumplía 14 años. De su conversación a solas con el niño, el narrador concluye que el niño es inteligente y que tal vez no esté tan enfermo como dicen sus padres. Le parece que sus antiguos amigos se han convertido en unos monstruos que, tal vez por vergüenza, tienen a su hijo viviendo e condiciones inhumanas lejos del contacto con la gente.
Decide entonces ayudar a escapar al niño.  Se acerca de noche a la ventana del cuarto de Tomás que da a  jardín -la misma por la que le había pasado la nota en su anterior visita- con la intención de proponerle ayudarle a escapar de sus padres. Hablan durante horas.. El niño solo se expresa en ese extraño lenguaje que utiliza con sus padres y que el narrador había descubierto dos años atrás en la nota que el niño le diera. Pese a ello, el narrador consigue entenderle  y hacerse entender, y, en resumen, acuerdan escapar juntos. Cuando a las nueve llegue el taxi, Tomás deberá correr hacia él.

Cuando el narrador vuelve a su habitación, ya son las seis: Finge que acaba de despertarse  y pone suplan en marcha. Llegan las nueve, pero el taxi no aparece. El narrador se inquieta y sale al jardín. En ese momento oye que el chico le llama: también está cumpliendo su parte del plan.
Tomás se encuentra apenas a diez metros de él. Le hace gestos al chico para que corra hacia él. en ese momento el narrador descubre con pavor que Tomás  apenas puede moverse con normalidad: está realmente muy enfermo. En medio del desconcierto del narrador  de los esfuerzos inútiles del niño por avanzar rápidamente, aparecen los padres en la ventana del cuarto del niño, gritando despavoridos.
Los padres llegan hasta ellos y se llevan a su hijo dentro de la casa, sin dirigirle al narrador apenas algo más que una mirada de reproche.
El narrador, abochornado y fuera de sí, horrorizado ahora de sí mismo. echa a correr y no para hasta que, pasados cuatro o cinco quilómetros, se topa en la carretera con el taxi que iba a buscarlo.
Un último detalle que el narrador tiene que digerir es que el taxista acepta con naturalidad y tiene conocimiento  del lenguaje particular del chico y lo aprecia a él y a sus padres y, desde luego, parece considerar a los Albert una familia enteramente normal.

Resumen de Lúnula y Violeta

Resumen de Lúnula y Violeta

Cuento de Cristina Fernández Cubas.
Publicado en el libro de cuentos Mi hermana Elba en 1980

Resumen del argumento del cuento.

Violeta es una mujer que lleva una vida solitaria en una ciudad (sin nombre) a la que se trasladó tiempo atrás persiguiendo el sueño de llegar a ser escritora. Tanto dentro del cuarto de la triste pensión donde vive como en la calle, sus días transcurren en la más absoluta incomunicación. Su desolación se acentúa porque tampoco avanza como escritora.

Un día se siente especialmente angustiada por su soledad y sale a tomar algo a un bar al que suele ir sola. Allí una desconocida le pregunta si la silla de su mesa está libre. Esta desconocida es Lúnula.
Como Violeta ese día se encuentra especialmente ansiosa por su soledad, se muestra inusualmente comunicativa con la desconocida. Ésta, Lúnula, tiene un carácter extrovertido y las dos parecen congeniar rápidamente. Lúnula deslumbra a Violeta con su personalidad, la arrastra de compras y acaba proponiéndole que se vaya con ella a pasar unos días en una casa que tiene en el campo.
Aunque ella misma se sorprende de su conducta, Violeta acepta. pues ve, además, la ocasión de encontrar en el campo la tranquilidad necesaria para recuperar la inspiración y reencontrarse con la escritura.

Una vez en el campo, la casa-granja parece ser ideal para hallar la tranquilidad de ánimo necesaria para escribir. Está tan aislada que, incluso, una parte de los víveres proceden de lo que Lúnula cultiva y de los animales que cría y solo ocasionalmente reciben encargos adicionales de provisiones que hacen a un comerciante del pueblo más cercano.

Violeta se dedica a la tarea de revisar su cuaderno de apuntes y notas literarias y prepara un manuscrito. Lúnula se muestra interesada y comienza a leer sus escritos. Cuando lo hace,  subraya, anota y corrige lo que escribe Violeta, de un modo cada vez más amplio y radical, lo cual acaba molestando a Violeta que resuelve volver a la ciudad cuanto antes.

Pero entonces Lúnula cae enferma con fiebre y Violeta tiene que postergar su decisión para cuidar a la enferma. Durante ese período Violeta se muestra torpe para llevar la casa y la granja. Cuando Lúnula empieza a mejorar, es la propia Violeta la que enferma y tiene que guardar dama.
A lo largo de este tiempo, Violeta va adoptando una visión cada vez más pesimista sobre su talento como escritora, lo cual alientan las correcciones de Lúnula, la propia personalidad arrolladora de Lúnula y sus supuestas dotes como narradora oral. Como síntoma de la pobreza de su escritura, Violeta se ve a si misma incapaz de reflejar en sus escritos a Lúnula. Fínalmente, un día decide quemar su cuaderno de notas y su manuscrito. Vemos cómo empieza a arrojar al fuego el cuaderno de notas y cómo se detiene un momento a leer el manuscrito. Deducimos que finalmente no lo arrojó todo al fuego, porque parte de esas notas parece ser lo que forma todo el cuento, salvo la parte final redactada por el editor.
Al cabo de unos días Lúnula le dice que tiene que ir a la ciudad por lo que Violeta tendrá que quedarse sola en la casa durante un tiempo indefinido. Enferma y con fiebre, Violeta descuida la casa, la granja y se descuida a si misma. Está más atenta a regar un árbol, el jacarandá, al que ambas atribuían un valor simbólico, que a preocuparse ella misma de beber.

Todo lo anterior lo conocemos a través de ese  manuscrito que Lúnula había escrito.
En la parte final del cuento, narrada por la persona que lo edita y publica todo, descubrimos, en resumen, que en la granja quien realmente había estado era una tal Victoria Luz, mujer a la que encontraron muerta por inanición y que, como un trasunto de ella misma y de su lucha interior, había creado esos dos personajes, reflejo de su propio transtorno de personalidad que la condujo, finalmente, a la muerte.
En resumen, esta útima parte es una explicación de lo que hemos leído antes; una explicación que, en un análisis detenido del cuento, tal vez juzgaríamos innecesaria.

 

https://www.youtube.com/watch?v=JP8eDSCyUKM

Mi hermana Elba y los altillos del Brumal

Mi hermana Elba y Los altillos del Brumal

Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal es una recopilación de ocho cuentos escritos por Cristina Fernández de Cubas.

La lista de cuentos es la siguiente:

  1. Lúnula y Violeta
  2. La ventana del jardín
  3. Mi hermana Elba
  4. El provocador de imágenes
  5. El reloj de Bagdad
  6. En el hemisferio sur
  7. Los altillos de Brumal
  8.  La noche de Jezabel 

Los cuentos de esta recopilación fueron publicados previamente en dos libros de cuentos diferentes. Los cuatro primeros relatos pertenecen al libro de cuentos Mi hermana Elba ( 1980.) y los cuatro últimos a Los altillos de Brumal (1983.)

Ficha del libro
Título: Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal
Autor: Cristina Fernández Cubas
Género: Narrativa, Cuentos
Editorial: Tusquets Editores
Tapa dura: No

Primera edición: 1988

Idiomas: Español
ISBN: 978-84-8383-440-4
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MI HERMANA ELBA Y LOS ALTILLOS DE BRUMAL
RESUMEN Y ANÁLISIS DE LOS CUENTOS

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